03 – El ojo en el eje OY
Cambié mi posición hasta situar la mirada en su plano de rotación. Y entonces vi el espejismo. Yo sabía que eran tres, pero me parecía como si un único aspa fuese subiendo y bajando verticalmente, sin cesar. Mi nueva perspectiva había transformado la rotación bidimensional en un vaivén unidireccional y la velocidad angular constante en un vaivén lineal no uniformemente acelerado. Eso veía contemplando el fenómeno con el ojo en el eje OY.
El viento es el mar agitado del cielo. Al toparse con un molino se divierte con él como si fuese un juguete. Por violentos que sean los golpes y cortes de las aspas, sus girones de aire se reúnen fácilmente, como el agua en el mar. Tampoco le importa que los humanos transformen su fuerza en variopintos tipos de energía.