Alan Turing y la manzana envenenada (2.ª parte)

Como veíamos en la primera parte de este artículo,
Alan Turing se hizo popular en Bletchley Park a
partir del verano de 1940 por sus aportaciones en
la fabricación de varias máquinas precursoras de los
computadores: las Bombe y las Colossus.

Sin embargo, no será ninguna de estas máquinas la
que alcance la más alta cota de notoriedad en la historia
de las matemáticas y de la computación, sino
una que nunca llegaría a construirse: una máquina
virtual, la única que llevará el nombre de su autor.